Ante nuestros anonadados esfuerzos por descubrir placeres terrenales que deslumbren nuestro estómago, se presenta el nunca bien ponderado sandgüichito, o sandwich para paladares más exquisitos. De mortadela, jamón y queso, albóndigas del mediodía u otros restos, puede presentarse de las más diversas formas este ejemplar culinario siempre bien recibido por un apetito urgente.
Porque cuando no hay nada preparado y el tiempo apremia, acude a nuestras mesas nuestro héroe salvador «EL SANGUCHITO».
Y como la brevedad es también virtud de nuestroa estas alturas «amigo», lo presentamos de la manera mas «simple»:
Gracias por ser de mil maneras y para nosotros siempre el mismo.